sábado, 9 de mayo de 2015

LA CRIA DEL CREST
            Giuseppe De Colle,  aficionado italiano, nos cuenta su experiencia en la cría de esta raza.

 

            Hace tiempo que quiero escribir algo sobre el Crest, raza que crío exclusivamente desde hace algunos años. No voy a hablar de plumas largas o anchas, ni de la manera de seleccionar, solo de la forma de criar esta raza. Después de haber criado durante años diversas razas de forma y posición, he ido gradualmente quedándome solo con el Crest pues creo firmemente en la especialización, y sobre todo a causa de las dimensiones de mi pequeño criadero. En la actualidad tengo 15 parejas de Crest y 25 parejas de nodrizas. Mi experiencia me dice que la utilización de nodrizas es prácticamente indispensable para criar esta raza.


            Las dimensiones y la calidad de los actuales Crest  han perjudicado irremediablemente la capacidad de criar de esta raza. Resulta difícil conseguir unos pocos huevos fecundados, pensar que los padres pueden criar a sus pequeños es un objetivo de muy difícil consecución, a menos de querer volver a tener pequeños Crest similares a grandes Gloster, perdiendo así la posibilidad de admirar los magníficos ejemplares que se ven hoy en día en las exposiciones.
            Ciertamente hay que decir que todas las razas de grandes dimensiones tienen siempre un comportamiento letárgico, escasa fecundidad, envejecimiento precoz, a veces ceguera, etc. Todo esto supone dificultades en la cría que para algunos representa un reto.



            El Crest actual es diferente al que se veía hace no muchos años, no por la cantidad, pero sí por su aproximación al estándar y por su calidad. Por cada pareja de Crest hay que tener 2/3 de parejas de nodrizas, cuyo ciclo reproductivo coincida con el de los Crest.  Aunque las nodrizas sean excelentes criadoras, si son de razas pequeñas no son las adecuadas para alimentar a los jóvenes Crest, ya que su ciclo reproductivo es más rápido y por lo tanto no se ajusta al de los Crest, que es mucho más lento.
            Cuando la nodriza inicia una segunda puesta los jóvenes Crest no han salido aún del nido y la nodriza tiende a desplumarles para recubrir su nido, desechando muchas veces los materiales que ponemos a su disposición. En este caso el papel del macho nodriza es indispensable para que, separado de la hembra, continúe con la alimentación de los pollos.


            El problema del desplume de los jóvenes, según mi experiencia, juega un papel importante en la aparición de los quistes: el crecimiento rápido de un plumaje muy deteriorado, a veces hasta con los cañones arrancados o muy estropeados, favorece en buena parte el desarrollo de los quistes en la siguiente muda. Estos problemas no existen para los criadores de otras razas, por lo que es necesario hacer un seguimiento constante de los jóvenes en el nido.  Dos o tres días sin ver los nidos puede llevar al desastre.
            Las hembras Crest son buenas incubadoras, y hay que cogerlas con la mano y levantarlas para inspeccionar el nido. Incuban durante los 13 días o alguno más. Yo les dejo que sigan su ritmo de puesta  de modo que en toda la época de cría hacen unas cuatro puestas, excepcionalmente cinco, procurando no forzarlas a poner huevos más de lo debido. La alimentación de los polluelos es otra historia. Muchos años he puesto huevos de las nodrizas a las hembras más pequeñas, y por tanto más activas, pero ninguna ha criado a los pequeños, que normalmente morían a los dos o tres días. Si esto ha ocurrido con las hembras más pequeñas y activas ¿qué no ocurrirá con las más grandes y aletargadas? Yo dejé esta práctica porque no me resultaba agradable ver morir a los pequeños canarios. Todos los años utilizo un par de machos (siempre más pequeños y activos, preferentemente verdes o ardesia) para emparejarlos con las hembras nodrizas para obtener canarios de buenas dimensiones que me sigan sirviendo como futuras parejas de nodrizas.


            Casi siempre estos cruces de Crest son magníficos criadores  que alimentan muy bien a los pequeños y además, no les despluman ni en el nido ni cuando salen de él. Repito que esto lo hago con los ejemplares pequeños y más activos, imagino que con los grandes ejemplares los resultados no serían éstos.
            Espero que lo que he escrito no sirva de desánimo a los nuevos aficionados,  todo lo que he dicho es con la intención de facilitar la cría de esta raza. Lo que sí aconsejo es que antes de criar esta raza se coja experiencia con otras que sean más fáciles de reproducir.
   Giuseppe De Colle


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