LA CRIA DEL CREST
Giuseppe De Colle, aficionado italiano, nos cuenta su experiencia
en la cría de esta raza.
Hace tiempo
que quiero escribir algo sobre el Crest, raza que crío exclusivamente desde
hace algunos años. No voy a hablar de plumas largas o anchas, ni de la manera
de seleccionar, solo de la forma de criar esta raza. Después de haber criado
durante años diversas razas de forma y posición, he ido gradualmente quedándome
solo con el Crest pues creo firmemente en la especialización, y sobre todo a
causa de las dimensiones de mi pequeño criadero. En la actualidad tengo 15
parejas de Crest y 25 parejas de nodrizas. Mi experiencia me dice que la
utilización de nodrizas es prácticamente indispensable para criar esta raza.
Las
dimensiones y la calidad de los actuales Crest han
perjudicado irremediablemente la capacidad de criar de esta raza. Resulta
difícil conseguir unos pocos huevos fecundados, pensar que los padres pueden
criar a sus pequeños es un objetivo de muy difícil consecución, a menos de
querer volver a tener pequeños Crest similares a grandes Gloster, perdiendo así
la posibilidad de admirar los magníficos ejemplares que se ven hoy en día en
las exposiciones.
Ciertamente
hay que decir que todas las razas de grandes dimensiones tienen siempre un
comportamiento letárgico, escasa fecundidad, envejecimiento precoz, a veces
ceguera, etc. Todo esto supone dificultades en la cría que para algunos
representa un reto.
El Crest
actual es diferente al que se veía hace no muchos años, no por la cantidad,
pero sí por su aproximación al estándar y por su calidad. Por cada pareja de
Crest hay que tener 2/3 de parejas de nodrizas, cuyo ciclo reproductivo
coincida con el de los Crest. Aunque las
nodrizas sean excelentes criadoras, si son de razas pequeñas no son las
adecuadas para alimentar a los jóvenes Crest, ya que su ciclo reproductivo es
más rápido y por lo tanto no se ajusta al de los Crest, que es mucho más lento.
Cuando la
nodriza inicia una segunda puesta los jóvenes Crest no han salido aún del nido
y la nodriza tiende a desplumarles para recubrir su nido, desechando muchas
veces los materiales que ponemos a su disposición. En este caso el papel del
macho nodriza es indispensable para que, separado de la hembra, continúe con la
alimentación de los pollos.
El problema
del desplume de los jóvenes, según mi experiencia, juega un papel importante en
la aparición de los quistes: el crecimiento rápido de un plumaje muy
deteriorado, a veces hasta con los cañones arrancados o muy estropeados,
favorece en buena parte el desarrollo de los quistes en la siguiente muda.
Estos problemas no existen para los criadores de otras razas, por lo que es
necesario hacer un seguimiento constante de los jóvenes en el nido. Dos o tres días sin ver los nidos puede
llevar al desastre.
Las hembras
Crest son buenas incubadoras, y hay que cogerlas con la mano y levantarlas para
inspeccionar el nido. Incuban durante los 13 días o alguno más. Yo les dejo que
sigan su ritmo de puesta de modo que en
toda la época de cría hacen unas cuatro puestas, excepcionalmente cinco, procurando
no forzarlas a poner huevos más de lo debido. La alimentación de los polluelos
es otra historia. Muchos años he puesto huevos de las nodrizas a las hembras
más pequeñas, y por tanto más activas, pero ninguna ha criado a los pequeños,
que normalmente morían a los dos o tres días. Si esto ha ocurrido con las
hembras más pequeñas y activas ¿qué no ocurrirá con las más grandes y
aletargadas? Yo dejé esta práctica porque no me resultaba agradable ver morir a
los pequeños canarios. Todos los años utilizo un par de machos (siempre más
pequeños y activos, preferentemente verdes o ardesia) para emparejarlos con las
hembras nodrizas para obtener canarios de buenas dimensiones que me sigan
sirviendo como futuras parejas de nodrizas.
Casi siempre
estos cruces de Crest son magníficos criadores
que alimentan muy bien a los pequeños y además, no les despluman ni en
el nido ni cuando salen de él. Repito que esto lo hago con los ejemplares
pequeños y más activos, imagino que con los grandes ejemplares los resultados
no serían éstos.
Espero que
lo que he escrito no sirva de desánimo a los nuevos aficionados, todo lo que he dicho es con la intención de
facilitar la cría de esta raza. Lo que sí aconsejo es que antes de criar esta
raza se coja experiencia con otras que sean más fáciles de reproducir.
Giuseppe De Colle
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