HISTORIA
DEL CANARIO CREST
La primera noticias que tenemos sobre
la mutación de la moña son sobre 1770. A
estos pájaros se les conoció primeramente como moñudos. La moña se presentó en
un principio como una fantasía y algo sumamente novedoso, pero a mediados del
siglo XIX la moña ya se encontraba en
varias razas existentes en la época tales como el Norwich y el Lancashire y en
otros canarios comunes. En la época de la reina Victoria las razas moñudas
tuvieron una gran aceptación y muchos criadores introdujeron la moña en la raza
Norwich. Antiguas ilustraciones nos muestran el Norwich de cabeza lisa y el
Crested Norwich idénticos en todos los aspectos excepto en la presencia o
ausencia de moña.
Todos los intentos de mejora de la
moña en el Crested Norwich chocaron sobre todo con la calidad del plumaje. Era
casi imposible mantener una gran calidad de plumaje en todo el cuerpo y obtener
una moña amplia y grande, que exige un gran volumen de plumaje en la cabeza. Los
canarios que tenían un buen plumaje presentaban una moña pequeña. Los criadores
de los canarios moñudos no se encontraban satisfechos y en un esfuerzo por
aumentar el tamaño de la moña cruzaron sus canarios con el Lancashire. Esta
raza era de talla muy grande con plumas bastante toscas pero con una moña en
forma de herradura que caía bien sobre el pico y los ojos. Con estos
cruzamientos la moña mejoró mucho pero el tipo del Crested Norwich se alteró
también mucho y aparecieron las críticas
y objeciones.
Los primeros ejemplares procedentes de
estos cruces se exhibieron en 1879 y fueron rechazados por los jueces por no
ser verdaderos ejemplares de Norwich Crested. A pesar de este primer rechazo
muchos aficionados continuaron criando este tipo de canarios y en poco tiempo
había muchos pájaros del nuevo tipo y poco a poco dejó de utilizarse la palabra
Norwich para quedarse sólo con Crested. Hasta 1880 sólo se presentaban a las
exposiciones y concursos los ejemplares con moña y no había ninguna clase para
los Crest-bred. Esta clase se añadió
pronto ya que los criadores se dieron cuenta de que era esencial para poder
obtener buenos Crested.
Sobre estos años se funda el Crested
Canary Club. En su época de apogeo esta raza tuvo una enorme difusión y estos
canarios eran de los que más se veían en las exposiciones, alcanzando precios
excepcionales los buenos ejemplares de exposición. Los buenos ejemplares se
vendían entre 30 y 50 libras, llegándose a pagar hasta 75 libras (no hay que
olvidar que estos precios son de los años próximos a 1880).Este encarecimiento
hizo que muchos criadores tuviesen que dejar su cría y que esta no se
extendiese entre las clases más populares, quedando reservada sólo para gente
rica. C.A House escribía en 1923 que esta raza era un pasatiempo de los hombres
ricos y añadía que el número de criadores se había reducido en la proporción de
1 a 50 respecto a los que había hacía 20 ó 30 años. Durante las guerras
mundiales el número de criadores se redujo a muy pocos y gracias a ellos la
raza aún se conserva; muchos de los actuales ejemplares proceden directamente
de los de estos entusiastas aficionados.
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