LANCASHIRE: FORMACIÓN
DE LAS PAREJAS
Sabemos que en la mayoría de los casos es preferible elegir a los
reproductores por sus cualidades
morfológicas (aspecto externo) que por sus cualidades genéticas, ya que éstas
son mucho más inciertas por la reticencia que tenemos a anotar todos los datos,
tanto cualidades como defectos, que se pueden presentar después de varios
años algunos caracteres recesivos que no
siempre aparecen en la primera generación de jóvenes y que han estado latentes
durante mucho tiempo.
Crear un buen tronco o
estirpe de canarios es a lo que todo criador aspira, pero para conseguirlo es
necesario llevar un registro durante varias generaciones sobre los siguientes
aspectos.:
Aspectos morfológicos: Plumaje:
largo / corto / suave /duro. - Cabeza: redondeada / aplastada / larga /
estrecha - Cuello: largo/ corto - Patas: largas / cortas.
Aspectos fisiológicos:
Fertilidad - Precocidad en salir del nido y comer solos - Posición.
Aspectos biológicos:
sano – robusto – débil – pequeño – grande.
Aspectos patológicos:
predisposición a las enfermedades – ceguera – elevada mortalidad de los
embriones – infecundidad.
Se debe seguir una
selección rigurosa y prolongada, eliminando los ejemplares que no se ajusten al
estándar o con problemas de salud.
Para formar mis parejas
sigo un procedimiento intermedio, una mezcla genetico – morfológica que me da
buenos resultados.
Antes de nada hay que tener
en cuenta los siguientes tres puntos:
1)
La moña es un factor
dominantes sobre la cabeza lisa, que es homocigota recesiva.
2)
El blanco es blanco
dominante. No creo que se haya introducido en el Lancashire el blanco recesivo.
3)
Transmisibilidad a los
hijos. Varios escritores (Veerkamp, De Baseggio...) han publicado estadísticas
de ciertos rasgos que se transmiten entre un 70 y 90% a los hijos, y que con
los años he podido comprobar su fiabilidad.
El macho transmite: tamaño –
color – calidad del plumaje y posición.
La hembra transmite: tipo –
cabeza – forma y constitución.
En base a lo que se acaba
de decir formo las parejas escogiendo:
Macho.
-
De buena talla.
-
Color blanco si quiero que
predomine este color o amarillo si quiero que predomine éste.
-
Con moña.
-
Con plumaje bien colocado y
ordenado. Rico en lipocromo y si es posible intenso o semintenso (bastante
raros).
-
Buena posición y no inmóvil
o muy quieto.
Hembra.
-
Talla más pequeña. Si es
posible de sobreaño y que sea buena reproductora.
-
Color cálido y brillante.
-
Cabeza lisas para que vea
mejor a la hora de dar de comer a los pequeños. Si se utiliza una hembra con
moña debe recortarse sobre el pico y los
ojos.
-
Magnífica forma con un
cuello bien destacado.
-
Óptimo estado de salud y
buena vivacidad.
Como se puede observar, siempre tengo en cuenta los indices de
transmisibilidad expuestos anteriormente y utilizo reproductores con buenas
características que con mucha probabilidad transmitirán a su descendencia.
Algo que siempre hay que evitar es el acoplamiento de dos ejemplares con
el defecto opuesto. Emparejar un macho de cola muy levantada con una hembra de
cola caída es un error, ya que sus hijos presentarán los dos defectos de forma
más o menos clara. Lo ideal es emparejar siempre el mejor con el mejor, un
macho perfecto con una hembra también perfecta. Como esto no siempre es posible
hay que compensar el defecto de uno con la cualidad de otro. Un progenitor con
la cabeza muy grande hay que echarle con otro que tenga una cabeza de
proporciones y formas perfectas. Lo dicho vale igualmente para patas largas /
patas cortas; pecho alto / pecho bajo.
Importantísimo es buscar el equilibrio del plumaje: largo – corto, pero
aquí solo vale tener el ojo necesario para conocer bien las plumas y sus
características.
El Lancashire es la raza de gran talla que mejor cría; el macho y la
hembra contribuyen a alimentar a los polluelos. Si alguna hembra, especialmente
joven, no cría bien, reservarla para la reproducción al año siguiente. No hay
que recurrir a nodrizas como el Crest, Norwich, York... razas que casi han
perdido sus cualidades para criar.
La moña verde o manchada no es un problema a la hora de concursar, pero
la selección hay que dirigirla a los canarios unicolores, pues aunque solo esté
manchada la moña esta mancha se convierte en un factor dominante en nuestro
tronco, y posiblemente empezarán a aparecer manchas en nuestros canarios. No
obstante hay que decir que hay criadores que tienen ejemplares manchados para
mejorar y conservar la calidad del plumaje, pero esto solo se debe hacer si el
número de parejas con el que criamos es grande.