ASPECTOS A
SELECCIONAR EN EL CREST
Comisión Técnica de Postura
Italia Ornitológica.
12 Junio-Julio 2009
El
Crest no termina de destacar. Su presencia en las muestras ornitológicas, con
la excepción del Internacional de Reggio Emilia y del Campeonato Mundial de
Piacenza, es escasa o inexistente. Todos sabemos que es mucho más difícil criar
canarios de gran talla que los de tamaño inferior. Los gigantes de la
canaricultura no son muy prolíficos y tienen escasa actitud para cuidar a sus
crías.
Por
lo que concierne específicamente al Crest exponemos algunos consejos que pueden
hacer menos difícil la reproducción. Ante todo, recordamos que el
emparejamiento debe respetar siempre la compensación entre el macho de gran tamaño (posiblemente
con moña) y la hembra de tamaño más pequeño (crest-bred si el macho es
Crested); no viceversa porque la hembra de tamaño inferior, en general, es
mejor reproductora. Antes de emparejar
los canarios es necesario hay que recortar las plumas de la cloaca y las
que cubren los ojos, tanto en los moñudos como en los sin moña. De hecho, en
los Crest-bred las cejas formadas por plumas anchas y largas, descienden de la
nariz hasta los ojos, de tal modo que los ojos permanecen invisibles cuando el
canario está de lado. La preparación es necesaria para que la cópula
sea fecunda y para que el macho y la hembra se puedan ver, conocer y aceptar.
Además
el Crest es un canario que tiende se monógamo y por lo tanto conviene poner
juntos a los dos ejemplares antes de que se produzca el acoplamiento. Adoptando
estas normas es más fácil obtener huevos fecundos, huevos que en general se
pasan a las nodrizas, escogiendo para ello a canarios que crían sin dificultad
pollos de gran talla.
Pero es muy positivo dejar que la pareja de
Crest incube los huevos de la nodriza, para intentar recuperar su actitud a la
incubación y a la cría de los pequeños. También es útil de poner a las
nodrizas un máximo de tres huevos fecundos, si se quiere obtener pollos fuertes
y robustos. Con fines selectivos es esencial poner particular atención en la
calidad del plumaje, que debe ser ancho, largo y con la parte central o raquis
gruesa, brillante y flexible.
Las
plumas tectrices (mejor conocidas como secundarias) deben ser ricas en
lipocromo amarillo o verde pero siempre brillantes. Además, la zona oscura que
rodea el raquis o parte central, debe ser bien visible en los ejemplares
melánicos. Cuando el plumaje tiene estas características el manto y las plumas
de gallo son bien visibles. (el manto está formado por las plumas dorsales, que
cuando son de óptima textura o calidad, caen lateralmente por los lados).
Incluso las plumas de gallo caerán lateralmente
como ocurre en la cola de los gallos, y no están junto a las plumas de la cola
como ocurre en algunos canarios comunes o de otras razas con plumaje corto y
apretado. Siguiendo estas indicaciones,
no solo reproduciremos más fácilmente los Crest, sino que también obtendremos
óptimos Crest.
En
la selección de esta raza hay que poner particular atención al problema de la
“joroba” o “chepa”, porque cada vez son más numerosos los ejemplares expuestos
que tienen este gravísimo defecto.
La
característica de la “joroba” en los canarios de Forma y Posición lisa es un
factor hereditario de los antiguos canarios Ganteses, progenitores de casi
todas los llamados canarios ingleses. Para algunas razas (Bossu Belga, Scotch, Hoso
Japonés, Munchener) la joroba es una voz determinante de la categoría del
pájaro, para otras razas la joroba es un factor negativo.
El problema de la
"joroba" no solo se da en el Crest, sino también en Lancashire. El
defecto de la joroba, cuando está presente, determina una postura anormal de la
cabeza que ya no está en línea con el cuerpo. En el
Crest, en el Lancashire y en menor medida en el Yorkshire, la joroba hay que considerarla como un defecto hereditario
vinculado a la utilización del Bossu Belga (que tiene un excelente plumaje
suave) para la "construcción" y "reconstrucción" de estas
razas.
Recordemos
que el Crest nace como fruto de la creatividad de algunos criadores ingleses,
que desean introducir la moña del Lancashire en el canario Norwich y se eligió
el Norwich con plumaje largo, fuerte y voluminoso, pensando que serían el más
adecuado para mostrar lo mejor de una bella moña. No hay que olvidar que la
mutación moña aparece en Inglaterra en torno al 1770 y que los canarios con
moña se llamaron “topping canary” (canario con moña) y después con el nombre de
“turn-crown” o “turncrest”. Se ha escrito, a principios del novecientos, que
los Crest expuestos en las exposiciones eran numerosos y que la raza era tan
popular que se le llamaba “the King of the Fancy”, es decir “el rey de las
razas de exposición”.
El alto
coste de estos canarios, el deterioro de la calidad del plumaje, la aparición
de quistes (debido a acoplamientos prolongadas entre nevados
con el fin de aumentar el tamaño de los canarios) y el deterioro gradual y
progresivo de la fertilidad, así como los momentos difíciles relacionados con
la guerra, condujeron a un lento pero drástico declive de la raza. Solo en
torno a los años 60 del siglo XX, el Crest inició una lenta recuperación.
Parece que los criadores recurrieron a cruzamientos entre el Norwich, el
Lancashire y el Bossu. Pero los Norwich y Lancashire no eran los canarios de
los comienzos; el Bossu tampoco era el Gantés, ya extinguido. Estos
cruzamientos recientes pueden ser la causa de la aparición de la joroba, pues
consultando la literatura ornitológica no se lee que tal defecto hubiese
aparecido en el pasado.
En el
canario Crest esa mala postura viene acentuada por la gran longitud del plumaje
de la cabeza, sobre todo en los ejemplares con moña, porque las plumas largas y
anchas limitan el campo visual e inducen
al animal a alargar el cuello para tener una mejor visión. Este fenómeno se
pone en evidencia sobre todo cuando el canario no está habituado a la jaula de
exposición, porque en ella el Crest ve menos. La experiencia muestra que
algunos Crest manifiestan la joroba desde que son jóvenes.